Encanto emancipado que heredó de la naturaleza:
La soltura del viento al caminar
La ternura de los gatos,
La pasión del canto de las aves
La terca necedad de quienes saben.
Amor que renació de noche
un frío y nostálgico abril,
cariño que se protegió de los vicios de los hombres
amor que quiso un día ser eternidad.
Qué hice para merecerte, cielo mío,
qué acto de fe me hizo tenerte
cuando murieron tus temores
y pase a ser lo principal en tu sublime vida,
cuando, mi amor, tuve esa suerte.
Calor que te me vas, aún, en la llovizna
Amor que no me niega sus abrojos,
Pasión que se me escapa entre los dientes,
no tengo entre mis armas algo contra ti,
no espero tus desdenes,
yo solo soy quien soy después de ti
y antes de ti todo era diferente,
y aunque te suene bien esta locura
yo soy el que se queda,
a ver morir el dia sentado junto a ti
a ver aterrizar el largo de tu pelo,
sobre mi cama.
Y son míos aquellos que reclamas,
de eso que te quejas yo hago primaveras,
de lo que yo desprecio tú vives tu quimera
y asi ha de ser por siempre mientras nos quede leña
para encender el fuego que el amor nos alimenta
Y recuerda:
que las estrellas por si solas no son bellas
nada son si no tienen su fulgor
así es nuestro amor, que estremece,
mas no porque eres bella y yo un soñador
sino porque los dos somos los amos
de nuestra propia historia y nuestra eternidad.
