marzo 27, 2007

Marzo

Marzo se va de pronto como un vendaval desierto, y en sus últimos días me trae una tristeza breve, como si se fuera un viejo amigo, que de pronto llegó y me encontró cansado, y hoy quiere partir queriéndome menos.

Antiguo cómplice de nocturnas tertulias, reuniones con los amigos y viejos proyectos de adolescentes que quieren ser grandes, que mataban un viernes de noche en alguna esquina bebiendo nostalgias, celebrando encuentros, cantando vivencias, llorando amores ingratos.

Cuantas veces fuiste pretexto de largas veladas. Jaba tras jaba dejamos la vergüenza, la cordura y el dinero a un lado, para ser otros al llegar tu aurora, para celebrar los días que completaban años de una juventud plena, sedienta de vivir y colmada de ansias.

Supremos recuerdos de tantas vivencias: mi tierra, mis versos, mis cantos, un parque, una guitarra, una lluvia repentina, y en el suelo botellas que vacían las penas bajadas de alguna canción que taladró un sentimiento.

Marzo y sus añoranzas de tierras lejanas, de cantos distantes de amigos eternos. Ya son 24, y si fuera otro tiempo, hoy no estaría aquí escribiendo esto, sino en algún parque con la gente de siempre, tocando guitarra y celebrando encuentros.

Marzo 20 del 2007

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