marzo 26, 2008

Pudimos, podemos

PUDIMOS, PODEMOS

Sí, podemos.
Y de hecho nunca fuimos incapaces
de deplorar lo vivido
de minimizar lo soñado
de llorar por lo perdido,
de agradecer por lo logrado
de morir por la verdad.

Sí, podemos
en cada mujer encontrar una amante,
en cada mirada un verdugo
en cada cama deseo,
y así como corre la sangre,
así hicimos correr las cadenas
los opresores, las calles…
se llenaron de revoluciones, y un día
ya no tuvimos por qué luchar,
no hubo guerras, no hubo bombas,
se nos acabó la necesidad
no hubo carencias, no hubo dólar,
ni pesos que nos falten ni ropa que lavar
ya no más miedo, ya no más mal
ya no más diferencias: fuimos los mismos
negros, blancos y amarillos,
el idioma nos dio igual,
la historia fue la misma para todos
y los pueblos fueron libres,
prevaleció la libertad,
Esta jungla de cemento no lo es más
El calentamiento no es problema
Ya sabemos donde va,
Nos quedamos sin excusas para la guerra
Todo fue sencillo, todo fue tranquilidad,
Pero el hombre como es hombre siempre pudo cambiar
Y fue el mundo otra vez mundo
Y el nuevo edén no gustó más
Alguien comió de un árbol del que no debía probar,
Y fue tarde para el cielo,
Y todo volvió a la anormalidad.

Ojalá

OJALA

Ojalá que estos versos se rehagan por si solos
Cuando esté la primavera,
Y abrazados a tus ojos te derritan la mirada
Y haga de tus encantos un despojo
Y haga de tus murmullos todo un llanto.

Ojalá que sientas pena de tocar el amarillo…
papel que acuna las domesticadas letras
cuando me haya ido sabrás de qué se tratan
y si la voz se te quebranta cuando lees,
si los dedos aprietas mientas hablas
mis palabras habrán hecho en tu alma
lo que mi inspiración quiso que hagan.

Ojalá morir sea lo que pienso,
Así ya no habrá nada, así solo descansan
Mis sienes pesadas descansan,
Mis dudas pasadas descansan
Mis viejas ideas descansan,
Si morir es lo que pienso ya descansan.

Ojalá y sepas que no fui yo quien te amaba,
No el yo que conociste, ni el yo con que anhelabas
Cambiar el mundo sin pedirles nada
No fui yo, fue algo más grande y más solemne,
Porque mi yo es un cuerpo oscuro que se marcha
Y esta alma que te escribe es quien te ama
Es quien deja sus marcas en esta carta...

Sí, un alma abatida que espera no recordar nada
Cuando al otro lado despierte de su andanza
En este mundo ruin donde escampaba
Donde te amó a sus anchas.

Ojalá y no sepas nada:
Pues para entonces no habrá nada
Nadie leyó después de mí estas palabras,
Al menos no mientras aun importaba.Hoy ya no importa nada.

ESPERANDO

Me siento en una banca cercana a la imprenta. Cerca de mí, a unos 10 metros, dos chicas consuelan a su amiga quien llora amargamente quien sabe por qué. Yo espero talvez a quien no debo esperar.

El viento sopla fuerte, los árboles hacen caer algunas de sus hojas muertas. Hace frío, muy pronto encenderé un cigarro. Juego con mi celular mientras canto una canción que siempre canto cuando espero, de pronto un perro callejero se sienta frente a mí y me mira con ojos humildes, como ningún perro me ha mirado antes. Yo rehuyo su mirada, la chica que llora amargamente ahora es abrazada por sus amigas, quienes le dicen que pronto pasara, que pronto se reirá de todo lo que le esta pasando, y yo me siento como intruso de una intimidad de confidencia entre esas amigas.

Una de ellas me mira, como diciendo: ¿Y este indiscreto porque esta aquí, no se da cuenta que nos incomoda? Yo siento que debo pararme y buscar otro lugar donde esperar, pero reparo en que ha pasado media hora y ella no ha llegado aún.

Se van, ahora ríen, quizás las lágrimas son un bálsamo natural que emerge solo cuando ha hecho su trabajo por dentro: aliviar, hacer más humana una circunstancia, comunicar una emoción que deja huella.

Han pasado casi 60 minutos y sé que hoy tampoco vendrá, y yo solo pienso en ella más allá de todo, sin importar lo que le cueste a mi camino las horas que perdí de caminar por esperarla, porque sigo pensando que se queda atrás ayudando a quienes la necesitan, sin importarte nada, ni siquiera tu propio camino, porque para ella solo existe un camino y es el del servicio y no permite que nadie te aparte de este.

Mujer que amó más allá de todo, yo la espero como se espera alguien que se sabe que vendrá sin importar lo mucho que tarde. La espero aunque nadie más la recuerde o sepa de sus actos, la espero siempre, y la veré llegar un día, estoy seguro, mas no será hoy.

Llueve. Enciendo un cigarro mientras el perro de ojos tristes se refugia bajo la banca donde estoy sentado pensando en la mujer que prometió regreso. Tiempo después solo camino, no hay nada de que arrepentirse, ni del agua, ni del perro ni de la vana espera, pues de eso esta hecho el tiempo, la vida, la necesidad, el amor.