octubre 26, 2008

Las cosas que escribo

En este blog se respira somnolencia.

Siempre he tratado de ser pulcro al escribir, de hacerlo lo mejor que pueda, de leer y releer lo que escribo, de hacer que parezca agradable, de buscar temas interesantes. Siempre escribía como si me fueran a leer los jueces de los Nobel (lo sé, estoy exagerando) y aún así por estos rumbos no hubo gran afluencia de público ávido de buena literatura o grandes escritos (tampoco los hubieran encontrado para ser sincero). Este tema nace realmente del hecho de que siempre que me siento a escribir peleo conmigo mismo por asuntos como: “este tema no” por qué no escribes un poema más optimista” o “mejor habla de otra cosa” y esto, en vez de ayudarme a mejorar mi redacción, mi prosa, o mis versos, causa todo lo contrario: un conflicto de ideas que no termina en nada bueno, ¿ejemplo? Tooodos o casi todos los poemas y escritos de este blog.

Hace años, muchos años, incluso antes que abriera este espacio, me hice a la idea de que no podría llegar a ser un (buen) escritor. Así que ¿Para qué preocuparse tanto por la simetría de los versos, los asuntos interesantes, las rimas consonantes o la prosa irreverente? Entonces desde hoy escribiré lo que me venga en gana no me preocuparé de nada, este blog será un reflejo de mi yo mundano y real, lo que plasmaré en las letras, más allá de lo retórico o lo poético será lo que siento o pienso. No sé si con esto ganaré lectores, pero si ahorraré dolores de cabeza.

Intentaré no morir en el intento.

No hay comentarios: