No creo que pueda haber una respuesta absoluta para esta pregunta, siempre habrá un “depende” en cada respuesta. La Real Academia de la Lengua da la siguiente definición de cobardía: “falta de ánimo o valor”, partiendo de este concepto, es probable que todos seamos cobardes en algún momento de nuestras vidas. Más de una vez me he sentido sin ánimo de levantarme de la cama, o sin ánimo de hacer alguna actividad específica (como arreglar la casa), entonces ¿esto quiere decir que soy cobarde? según la Real academia de la Lengua, sí.
Pero, ¿por qué este dilema?. Ayer alguien me dijo cobarde, y no es que me haya sentido ofendido -siempre he creído serlo de algún modo- solo que esta vez me pareció ver en los ojos de aquella persona, un gesto de recriminación, como si descargara toda su decepción en una sola palabra.
Yo sé por qué lo dijo, no soy tan tonto como para no darme cuenta de lo que sucede, y talvez sí sea un cobarde por no tener el valor de expresar las cosas que realmente siento aunque éstas no sean las que sus oídos quieran escuchar, quizá si sea un cobarde por ocultar que soy un cúmulo de desánimos, que mi cabeza esta llena de pensamientos, sueños, ganas, alegrías, temores, frustraciones y que por tanto en ella la confusión reina.
No puedo serle indiferente, en ella pienso como en una amiga, una amante, un amor… no lo sé, la mayoría de las veces ni yo mismo me entiendo, entonces dime: ¿Cómo esperas qué me embarque en tu tren, si aún no sé a donde quiero ir? el problema no eres tú, soy yo, siempre lo he sido.
No puedo permitirme darle gusto a mis sentidos a costa de tus sentimientos, mientras no tenga claro qué es lo que realmente siento, seguiré siendo un cobarde para ti amiga mía.
Pero, ¿por qué este dilema?. Ayer alguien me dijo cobarde, y no es que me haya sentido ofendido -siempre he creído serlo de algún modo- solo que esta vez me pareció ver en los ojos de aquella persona, un gesto de recriminación, como si descargara toda su decepción en una sola palabra.
Yo sé por qué lo dijo, no soy tan tonto como para no darme cuenta de lo que sucede, y talvez sí sea un cobarde por no tener el valor de expresar las cosas que realmente siento aunque éstas no sean las que sus oídos quieran escuchar, quizá si sea un cobarde por ocultar que soy un cúmulo de desánimos, que mi cabeza esta llena de pensamientos, sueños, ganas, alegrías, temores, frustraciones y que por tanto en ella la confusión reina.
No puedo serle indiferente, en ella pienso como en una amiga, una amante, un amor… no lo sé, la mayoría de las veces ni yo mismo me entiendo, entonces dime: ¿Cómo esperas qué me embarque en tu tren, si aún no sé a donde quiero ir? el problema no eres tú, soy yo, siempre lo he sido.
No puedo permitirme darle gusto a mis sentidos a costa de tus sentimientos, mientras no tenga claro qué es lo que realmente siento, seguiré siendo un cobarde para ti amiga mía.
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